Para mí, la magia de la pintura es que cada obra es una ventana, un libro que cuenta una historia. Viajas allí en un momento; eres un personaje que mira la escena. Puedes oir y sentir en tu piel.
Siempre me ha gustado esta pintura de Bouguereau; es tan tierna e inocente... Son seres de la fantasía, y también, muy reales. ¿Qué imaginas tú, qué sientes, cuando la miras?
Este es un
archivo de Wikimedia Commons, un depósito de contenido libre hospedado por la Fundación Wikimedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Bouguereau_first_kiss.jpg
Han pasado la tarde
jugando al esconder entre los maizales, compitiendo por subir más rápido a los
árboles, revoloteando entre los tejados de las casas…
—¿Por qué me das un beso? —pregunta
Danielle, y se estremece.
—No sé, me salió ¿No lo quieres?
—Sí que lo quiero —y los dos se ruborizan.
—Mañana podemos ir al río. Dicen que, si te miras en él, puedes ver tus
sueños reflejados y hasta tocar las estrellas. Yo nunca he volado tan alto.
—Quiero ir contigo —responde René mientras
acaricia el pelo de su amiga; aunque sabe que ningún lugar inexplorado lo
llevará tan profundo como ese momento que no entiende.
—Hace frío ahora —susurra Danielle; René
la rodea entre sus brazos mientras ella cruza sus blandas manos sobre el pecho.
—Bien… Para las alas, algo de blanco;
negro, en su justa medida. Sí, aquí falta un poco de gris. Perfecto. —La obra
está terminada. Los dos alados acurrucan su ternura en el centro del lienzo
mientras él los mira una vez más, antes de recoger.
El pintor limpia los pinceles, deja caer
la bata sobre el respaldo de la silla y cierra la puerta del estudio. Le puede
la ansiedad por ver su obra a la luz de la mañana, pues la sabe la mejor de las
paletas.